La senda del tormento

Shajya está de vuelta tan sólo un año después.

La Senda del Tormento llega para dar continuación a los hechos acontecidos en El Deseo del Miedo. Una novela en la que se puede apreciar la evolución del autor que pretende volver a deleitar a sus lectores.

Una novela de fantasía oscura. Fría y emocionante. Centrada en el desarrollo psicológico de los personajes, dándole una gran importancia a la salud mental y a los trastornos. Con un ritmo endiablado y unas grandes dosis de Grimdark.

Fran S. Polo regresa con una segunda parte que reúne los ingredientes que tanto gustaron en la primera ocasión, pero los lleva un paso más allá. Expande su universo y nos transporta a otros territorios hasta ahora desconocidos.

Con maestría y precisión comienza a sentar las bases de una saga que puede dar que hablar en los próximos años.

En vuestras manos tenéis de nuevo las aventuras de la traumatizada Shajya.

Sinopsis:

“Shajya siempre había pensado que la parte más difícil de contar una mentira es creértela tú mismo. Pero, cuando se consigue, dejar de creer esa mentira es casi imposible”

Ha llegado el momento. Tras los acontecimientos de El Deseo Del Miedo, Shajya y su inesperado acompañante marchan juntos en busca del Gremio. Todavía es más inesperado que le vaya a contar su historia a él. Precisamente a él. El guardián de los silencios. Unos silencios muy pesados, de los que encierran secretos.

Shajya se adentra en su tortuoso pasado. Para vencer sus miedos. Para curarse. Quiere acabar de una vez por todas con sus problemas. Enfrentarse y derrotar a los horrores que anidan en su mente.

Mientras, la Logia no descansa. La busca con ahínco. Tienen un nuevo peón. El Gran Señor Ogrime, quien no para de hacerse preguntas. Tampoco entiende por qué quieren capturar viva a Shajya. Ni eso ni nada en general. La posibilidad de perder el trono y no ser válido para reinar le dan quebraderos de cabeza.

¿Para qué quieren a esa chica? ¿Y por qué viva? ¿Volverá algún día al sur a reclamar el trono que le pertenece? Eso no tiene sentido. ¿O sí que lo tiene?

Demasiadas preguntas. Habrá que buscar respuestas.